LA REVOLUCIÓN DE BALTA EN CHICLAYO
La situación
en el Perú en el año de 1867 no era de la mejor, a las rebeliones iniciadas, le
siguió la de José Vicente Ampuero que se alzó el 14 de octubre en la ciudad de
Trujillo, el Prefecto José Zavala salió a combatirlo y resulto muerto en la
reyerta.
José
Balta tomó la capital liberteña y se pronunció por la destitución del
Presidente, rebelándose en contra del Gobierno de Manuel Prado, el 24 llegó a
Huanchaco procedente del puerto del Callao la corbeta “América” a bordo venían
200 soldados de infantería gobiernista al mando del comandante Febres, su
desembarco fue protegido por un batallón de caballería venido de Chiclayo al
mando del coronel Bernal, ambos militares marcharon hacia Trujillo a combatir
la insurrección, Balta ya se había marchado de Trujillo y se posesionó en
Otuzco.
El Gobierno en este momento crucial
que vivía el país, creyó conveniente nombrar como Prefecto del departamento de
La Libertad al experimentado coronel José Bernardo Goyburu. (12)
El día 22 de noviembre en Chiclayo, un
grupo de personas comandadas por el capitán Marcos Barrantes y el alférez
Carranza hicieron un pronunciamiento en contra del gobierno de Prado y en apoyo
a José Balta declarando a Chiclayo como “Provincia Litoral”.
Esa misma noche 200 hombres
voluntarios formaron un grupo armado
compuesto por chiclayanos y motupanos, luego de lanzar vivas al coronel Balta se dirigieron a la ciudad gobiernista
de Lambayeque atacándola a las 5 de la mañana del día 23. En una hábil
estrategia los lambayecanos dividieron su fuerza en dos grupos, lo mismo
tuvieron que hacer los chiclayanos, una parte peleaba por ocupar la ciudad y
otra siguió a la fuerza del subprefecto de Lambayeque que había transpuesto la
rivera del río, posesionándose en ese sector
se defendió de los chiclayanos.
El coronel Bernal a su regreso de
Trujillo, se dio con la noticia del ataque y se dirigió hacia Lambayeque, el
contingente de chiclayanos se encontraba débil por que había sido dividido en
dos grupos, la situación favorecía a Bernal, quien los atacó con todo, el
subprefecto al ver la llegada del ejército no dudo en contraatacar, los
chiclayanos al verse superados por las fuerzas y casi derrotados se replegaron
para regresar a su ciudad, fue herido y capturado junto a otros baltistas el
motupano Anselmo Prada. (13)
Balta ingresó
a Chiclayo al medio día del 6 de diciembre, al frente de 200 hombres
debidamente armados, con una regular cantidad de municiones y dos cañones
pedreros. Secundado por el coronel Silvestre Gutiérrez, el comandante Rafael
Benturo, el capitán Felipe Matute y como su secretario Don Ricardo Palma. Habiéndose debidamente instalado y luego de
conversar con las autoridades y con el pueblo chiclayano, acuerdan declarar a
la ciudad de Chiclayo como sede de su cuartel general, convirtiéndose en una
ciudad revolucionaria.
En el tiempo
que estuvo José Balta en la subprefectura de esta provincia, tuvo un buen
desempeño, se ganó el cariño y la admiración de todos los chiclayanos, por lo
que el apoyo incondicional que recibió fue inmediato. En los siete primeros días se dedicaron a levantar barricadas de adobe de 1.50 metros de altura y
en doble hilera, tapiando las calles transversales trasformando en un solo
corredor las calles: Las Mercedes (Siete de Enero) y San Cayetano (José Balta). Cercándose los lados este, sur
y oeste de la ciudad.
También se cavaron
trincheras en el contorno de la ciudad
con el fin de no dejar ingresar al enemigo, se fortaleció la casona de adobe
del Don Manuel Maradiegue que se ubicaba en la esquina de las calles Las
Mercedes y San Francisco (Hoy 7 de enero e Izaga) en donde se ubicaron los
cañones, eligiendo como su cuartel general
el local del colegio de Chiclayo ubicado en el Convento Franciscano al
lado de la Iglesia “Matriz” que también se fortaleció. Se recluto a 600 hombres
y se les armó con rifles, escopetas, pistolas, machetes y puñales.
El día 12 de
Diciembre arribó a esta ciudad para combatir a los insurrectos, el Ministro de
Guerra coronel Mariano Pío Cornejo, al mando de casi un millar de efectivos,
repartidos en dos batallones pertenecientes al regimiento “Húsares de
Junín”, cuatro obuses y
cuatro cañones de 12” . Llegó acompañado por su
estado mayor conformado por los coroneles Benigno Febres, Juan H. Vernal y Juan
Luna, los comandantes José Hoyos y Pedro Larraña, instalando su cuartel general
en el molino “Solf”, desde allí dominó la parte sur de la ciudad. Además
recibió el apoyo de unos 43 hombres que comandaba el Subprefecto de Lambayeque
Don Antonio Pastor. Ese mismo día tres soldados gobiernistas se pasaron a las
filas rebeldes.
El día 13 los
sitiadores se atrincheraron y tomaron posiciones, luego enviaron emisarios para
pedir la rendición incondicional de la plaza; pedido que fuera rechazado, en
respuesta los gobiernistas realizaron un brutal bombardeo a la ciudad.
El día 14 a las 6 mañana alrededor de
400 soldados de infantería atacaron apoyados de un nuevo bombardeo; el
ataque duró más de cuatro horas, fue
rechazado por los locales. Ante la imposibilidad de ingresar a la ciudad, dada
la tenaz defensa que se ofrecía, los gobiernistas se retiraron dejando tras de
ellos 80 muertos y llevándose 5 heridos; contra 20 muertos y 3 heridos del lado
baltista.
Los días 15 y
17, son de combate intenso y muy azarosos para nuestros conciudadanos, la
ciudad soportó un incesante fuego de artillería acompañado de un nutrido
tiroteo, que causó la muerte de 4 soldados y de 6 civiles, y la destrucción de
varias viviendas, El hecho más
resaltante fue que durante esos tres días cerca de 200 soldados gobiernistas
que conocían la personalidad y la entereza del coronel Balta se pasaron a sus
filas.
El día 18
Balta, ejecuta una acción de comando con puñal en mano, con hombres entrenados
en la lucha de cuerpo a cuerpo, pero fue rechazado por el enemigo, en el ataque
murieron 6 soldados y 4 fueron heridos.
El 19 y 20 siguen con el bombardeo a la ciudad, con el saldo lamentable de 8
civiles muertos.
El día 21 al
promediar el medio día, 8 soldados del
lado gobiernista se pasan al lado rebelde. El día 23 los señores Don Abelardo
González y Don Matías Herrera en una acción furtiva, logran hacer llegar a los
rebeldes una piara de mulas y burros con 80 quintales de pólvora y 680 libras de plomo que
habían llegado por barco a San José. Por su parte los sitiadores dispararon una
andanada de balas de cañón y fuego de francotiradores. El día 24 de diciembre
Balta intenta otro ataque relámpago en las líneas enemigas, pero es rechazado con
un saldo de 7 muertos y 7 heridos.
La Navidad de
1,867 fue la más negra que se haya pasado en Chiclayo, pues las fuerzas de
Mariano Pío atacaron intensamente las trincheras del lado de la “Verónica”,
este ataque fue valientemente rechazado por los rebeldes que perdieron 1 hombre
y otro resultó herido.
Para el día 27 a bordo del vapor “Chalaco”
los gobiernistas reciben 150 hombres de refuerzo, 100 balas de cañón, municiones y granadas. El
día 28 y después de dos días de descanso es atacada la trinchera de la
“Verónica” con resultados negativos para los sitiadores.
El día 30 la
ciudad es sometida a un intenso bombardeo, poniendo especial énfasis en
castigar al fuerte Mariadegue que permanecía como un baluarte de la zona
sureste de la ciudad, un numeroso grupo de soldados arremeten nuevamente por el
lado de la “Verónica” pero Balta hábil estratega ya se había adelantado a este
nuevo ataque, mando con anticipación, que un grupo de soldados se ocultasen más
allá de sus líneas, los atacantes fueron envuelto por dos fuegos, sorprendidos
huyeron dejando 68 muertos y muchos heridos, por el lado baltista hubieron 28
muertos y 12 heridos.
En el primer
día del nuevo año de 1,868 fue de triunfo para los baltistas, pues en una
rápida acción se atacó con fuerza la
trinchera de la “compuerta” dando muerte a unos 20 soldados tomando 20 fusiles
y municiones, retirándose con 5 heridos.
En los días
subsiguientes y hasta el 6 de enero bombardearon el fuerte “Maradiegue” y la
Iglesia “Matriz”; se produjeron combates de ataque relámpagos y tiroteos a las
trincheras de la “Verónica” y las que quedaban a la espalda de la colonial
Iglesia Matriz.
En la tarde el
fuerte luego de minarlo fue desocupado estratégicamente, la tropa gobiernista
ingresó tomándola sin defensa alguna y cuando ya estaban apostados un buen
número de ellos, se hizo volar la casa, con el enemigo a su disposición se
procedió a eliminar a los que huían y se detuvo a los que estaban heridos.
El día 7 de
Enero con la misma estrategia se procedió a abandonar las defensas del lado
norte, y el contingente al mando del coronel Pío Cornejo ingresó a la ciudad,
sin darse cuenta que eran guiados por los milicianos de Chiclayo, por las
calles San Cayetano y Las Mercedes al parque principal, se producían, por ratos,
lucha de cuerpo a cuerpo, pero igual se continuó con la táctica de llevar al
contingente por esas estrechas y largas calles, cuando llegaron al parque un
disparo de cañón fue el aviso de ataque, de los techos de las casas de ambas
calles y del contorno del parque salieron los baltistas abriendo fuego cruzado,
produciéndoles innumerables bajas al enemigo, que entró en pánico y se retiró.
El saldo para los gobiernistas fue fatal: 190 muertos, 180 heridos y 130
prisioneros; los baltistas fueron hacia el cuartel de Pío Cornejo, al no
encontrarlo, como represalia, quemaron el molino Solf.
La revolución
había triunfado en Chiclayo, Balta emocionado por el apoyo recibido por los
chiclayanos se dirigió al pueblo y dijo: “Amigos
la redención de la patria es vuestra obra, ella también está obligada a
recompensar dignamente vuestra abnegación. Pocos días más y a vosotros deberá
la República su libertad y el restablecimiento del principio legal, porque la
victoria no abandona nunca a un puñado de valientes que han salido a
inmortalizar hoy el nombre de Chiclayo”,
En una de las
misivas que envió al Ministro Polar el 9
de Enero, donde le narraba el desarrollo
de lo acontecido, expresó que
“habían sido 26 días de asedio y encarnizados combates, todos han sido valientes,
en Chiclayo no ha habido un solo cobarde”.
El balance
final de esta lucha por la Presidencia de la República costó la vida de 576
personas, hubo 346 heridos, 415 casas destruidas por lo tanto igual número de
familias damnificadas, el costo monetario en reparaciones ascendió a 136,000.00
pesos que se pagó con la plata de todos los peruanos. (14)
El 29 de enero
el coronel Balta arriba a la ciudad de Lima y depone al vicepresidente general
Luís La Puerta, asumiendo el mando de una nación sacrificada con tantas
revoluciones. El 6 de febrero se convocan a elecciones generales, las mismas
que se llevaron a cabo el día 6 de abril, se presentaron como candidatos el
“Héroe de Chiclayo” Don José Balta, el civil Manuel Toribio Ureta y Manuel
Costas, Balta ganó por abrumadora ventaja que le dieron los colegios
electorales, juramentó y asumió al poder
el día 2 de Agosto.
Eric
Mendoza Samillán
Del libro “Lambayeque
en el siglo XIX”
Muy interesante. Muchas gracias.
ResponderEliminar